2. Organización tonal:

Los alacalufes poseen un concepto peculiar del acto de cantar. Para ellos, este último incluye manifestaciones expresivas carentes de los atributos de diferenciación tonal organizada requerida por las normas de nuestra cultura occidental para la construcción melódica. Así, un recitado con sonidos indeterminados y risas es "cantar"; un recitado monótono sobre un sonido único es también "cantar", siempre que exista en él algún tipo de organización rítmica. Por tanto, es posible deducir que, de acuerdo a normas y criterios culturales implícitos de los alacalufes, es esta última la que diferencia el lenguaje hablado del musical al transformarse en el elemento básico de toda canción. Consecuentemente, el canto alacalufe abarca desde los sonidos indeterminados organizados expresivamente (véase Ej. 11) hasta las ordenaciones de cinco sonidos (pentafónicas), incluyendo las combinaciones intermedias de uno, dos, tres y cuatro sonidos.

Melodías de uno, dos, tres, cuatro y cinco sonidos (23)

Dichos sonidos se encuadran en ámbitos que van desde el unísono más o menos oscilante hasta la 6ª menor, correspondiendo este último a melodías pentáfonas de mayor complejidad tonal (véase Ej. lb). Cabe señalar, sin embargo, que el ámbito más común suele ser el de 2ª menor y mayor, dada la frecuencia de las canciones de dos sonidos separados ya sea por un semitono o tono.

En todas las melodías predomina el movimiento conjunto, al cual suele agregarse la 3ª menor en ciertas melodías de ámbito más amplio. Si bien es cierto que el empleo del intervalo de 4ª justa es excepcional, los intervalos más amplios que este último caen fuera del estilo melódico.

Dada la estrechez del ámbito, predominan en él trayectorias de desplazamiento pequeño en torno a claros ejes tonales (véase Ej. 2). Sin embargo, las melodías más amplias de cuatro o cinco sonidos se organizan claramente en trayectorias centrípetas, en las cuales los pequeños movimientos ascendentes y descentes envuelven un eje tonal ubicado al centro de la melodía (véase Ej. lb). En cierto tipo de melodías, los pequenos cambios de trayectoria se ubican con mayor frecuencia en los comienzos o finales de un motivo o frase; en otros, dichos cambios suelen aparecer en forma recurrente. Aunque los ejes tonales aparecen claramente definidos en la mayoría de las canciones, existen algunos casos de ejes desplazados al tono inmediatamente vecino.

Trayectorias de desplazamiento pequeño.

Canción de cuna
Intérprete: Margarita Molinari
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Canción de cuna
Intérprete: Nora ("Pimpa") López
424 KB, 22050 Hz 8 Bit Mono
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En estos y otros ejemplos se observa una diferenciación de ejes principales y sonidos accesorios, utilizándose estos últimos como notas de vuelta, paso o arrastre tonal. La posición de cada sonido en un grupo está relacionada orgánicamente con el motivo melódico, unidad básica de organización tonal.

Debido a la economía de medios tonales propia de la música alacalufe, su variedad se concentra en pequeños detalles o rasgos sutiles de la interpretación: oscilación tonal, entonación fluctuante y afinación atemperada. El empleo de la oscilación tonal es apreciable en la ejecución de sonidos mantenidos o repetidos, produciendo un fino efecto auditivo en el cual el sonido es rodeado por microtonos adyacentes. E1 uso de la entonación fluctuante consiste en la aparición de más de una alternativa de altura para un sonido. Por ejemplo, un mismo sonido puede aparecer natural, sostenido o bemol y en otras alternativas intermedias. En todo caso, el marco tonal de la música alacalufe es claramente atemperado.

Entonación fluctuante (notas sol y si).

Confrontados los anteriores resultados con las observaciones analíticas de Hornbostel (1948: 68-73) sobre la organización melódica, es posible afirmar que la base tonal de la música alacalufe denota, en general, una fuerte permanencia de rasgos propios de la música fueguina arcaica. Dicha permanencia es visible en su ámbito estrecho, escaso número de sonidos básicos, movimiento interválico conjunto, trayectorias de desplazamiento pequeño, claros ejes tonales, oscilación tonal, entonación fluctuante, marco tonal atemperado y otros rasgos de menor importancia. Observemos en el siguiente ejemplo -que compara dos versiones de una misma canción de amor: una de 1959 y la otra de 1971- la permanencia de rasgos tonales:

Permanencia de rasgos tonales.

En general, el cambio estilístico puede apreciarse en una leve o profunda disminución de la oscilación tonal en sonidos mantenidos o reiterados; en una menor frecuencia de la entonación fluctuante; y en una tendencia hacia la afinación temperada de intervalos propia de ciertos intérpretes más jóvenes. Dichos aspectos indican una sutil ahsorción de rasgos propios de la música de Occidente, hecho normal dado el mayor contacto cultural existente en la actualidad.

Hemos encontrado en los repertorios de 1959 y 1971 el uso de la escala pentáfona y del ámbito de 6ª menor, los cuales se asocian a dos canciones-tipo favoritas frecuentemente interpretadas: la canción de amor y una de las versiones de la canción del lobo fino. Sin embargo, Hornbostel afirma que la música fueguina carece de escalas (1948:72-73) y que "el ámbito de quinta es enorme para las tribus canoeras" (ibid.: 80). Surge lógicamen te una duda: ¿Serán las canciones pentafónicas alacalufes invenciones endógenas de origen reciente o bien productos exógenos de préstamos culturales? Creemos que nos enfrentamos aquí con un problema metodológico. Si bien es cierto que Hornbostel basa sus conclusiones en transcripciones y análisis de 49 cantos fueguinos, solo diez de ellos corresponden a trozos alacalufes, nueve de los cuales fueron grabados a sólo dos informantes. No creemos, por tanto, que sus afirmaciones posean validez general para la música alacalufe puesto que ellas se desprenden de una "muestra" musical demasiado fragmentaria y poco representativa, en la cual están contenidas sólo canciones profanas imitativas excluyendo todos los demás géneros y especies musicales.

Cabe señalar, además, que las características de las melodías pentáfonas de ámbito de 6ª menor recogidas en 1959 y 1971 (véase Ejs. lb, 2e y 5) coinciden con muchas otras pertenecientes al complejo cultural indoamericano, denotando signos visibles de autenticidad y fuerte arraigo en la comunidad alacalufe. Por la fijeza de sus rasgos tonales mantenidos a través del proceso de transmisión oral puede suponérseles gran antigüedad.

 
volver © SISIB - Universidad de Chile y Óscar Aguilera Faúndez