5. Timbre y elementos interpretativos especiales:

En la actualidad, el timbre vocal alacalufe se destaca por una emisión distensa, relativamente relajada, abierta, aunque no exenta de nasalidad y contención. Se destaca también por la ausencia de la emisión vocal extraaguda o extraintensa, lo cual favorece el empleo de un timbre natural; aunque a veces podría ser calificado de "gutural". A juzgar por las minuciosas observaciones de Hornbostel (1948: 67), en el repertorio más antiguo el timbre vocal tenía otras características. Una mayor tensión vocal se expresaba en las siguientes cualidades interpretativas arcaicas: énfasis, patetismo, imponente grandiosidad, gravedad, solemnidad, dignidad, pesantez y dureza austera. Hoy día, dichas cualidades están ausentes o muy debilitadas.

El canto alacalufe se caracteriza por diversos otros elementos interpretativos, los cuales están representados con mayor nitidez y energía en el canto antiguo y con menor precisión y vitalidad en las supervivencias actuales. La mayor parte de ellos consiste en interpolaciones expresivas en el canto: lenguaje hablado, recitaciones, risas, expiraciones e inspiraciones audibles, fragmentos de entonación indeterminada o de sílabas sin significado. Estas últimas son, muchas veces, sílabas finales de una palabra empleadas para interpretar pasajes o pequeños estribillos vocalizados.

Dos elementos interpretativos de menor frecuencia poseen una indudable importancia estructural en el contexto primitivo de esta música. Ellos son el uso de la imitación empírica o heterofónica y del cromatismo descriptivo. El primero surge ya sea como una anticipación o retraso en la entrada de una segunda voz, la cual enuncia la misma melodía de la primera. Esta práctica, que hemos ubicado sólo en una versión de 1959 y tres de 1971, queda ilustrada con el siguiente ejemplo:

Imitación empirica.

El cromatismo, como rasgo tonal aislado de los significados extramusicales del canto, no existe en la música alacalufe. Dicho rasgo aparece sólo en calidad de elemento descriptivo especial en un juego cantado titulado jugando redondo ("kenajanayowa") del repertorio de 1971. En él se describen los movimientos circulares de un grupo de niños que giran sin cesar hasta perder el equilibrio. A nuestro juicio, esta versión única y magistral de este juego infantil alcanza un máximo nivel expresivo, pleno de espontaneidad y autenticidad, lo cual nos hace pensar en un rebrote momentáneo del antiguo vigor y energía vitales de la música del pasado. Hace revivir aquella época en la cual el hombre alacalufe desconocía las trabas opresivas de la civilización, ignoraba las limitaciones del medio ambiente ecológico profundamente afectado y modificado por la coexistencia con el hombre blanco; y sólo conocía la libre movilidad nomádica a través de un territorio agreste sin fronteras con cuya naturaleza imponente se identificaba telúricamente. Es así como este jubiloso canto descriptivo, del cual ofrecemos sólo un fragmento inicial, parece sintetizar ese pasado irrecuperable.

Cromatismo descriptivo.

Ronda: Jugando redondo
Intérprete: Margarita Molinari
1.24 MB, 22050 Hz 8 Bit Mono
song4.zip 838 KB ©

Recordemos que en la música de antaño, el movimiento corporal de la danza unido a la pantomima y mímica alusivas daban vida e impulso expresivo a una música plena de significación en las actividades de grupo. Hoy día, sólo resta su relación íntima con el lenguaje indígena. Así, el canto se ha tornado solitario, meditabundo, nostálgico y melancólico, no exento de tristeza. Salvo excepciones, el intérprete al cantar muestra rasgos físicos inexpresivos: inmovilidad facial y corporal, que pueden indicar tanto carencia de energía como introversión y timidez. Es la interpretación del actual sobreviviente de la agónica cultura alacalufe.


volver © SISIB - Universidad de Chile y Óscar Aguilera Faúndez