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El cromatismo, como rasgo tonal aislado de los significados extramusicales del canto, no existe en la música alacalufe. Dicho rasgo aparece sólo en calidad de elemento descriptivo especial en un juego cantado titulado jugando redondo ("kenajanayowa") del repertorio de 1971. En él se describen los movimientos circulares de un grupo de niños que giran sin cesar hasta perder el equilibrio. A nuestro juicio, esta versión única y magistral de este juego infantil alcanza un máximo nivel expresivo, pleno de espontaneidad y autenticidad, lo cual nos hace pensar en un rebrote momentáneo del antiguo vigor y energía vitales de la música del pasado. Hace revivir aquella época en la cual el hombre alacalufe desconocía las trabas opresivas de la civilización, ignoraba las limitaciones del medio ambiente ecológico profundamente afectado y modificado por la coexistencia con el hombre blanco; y sólo conocía la libre movilidad nomádica a través de un territorio agreste sin fronteras con cuya naturaleza imponente se identificaba telúricamente. Es así como este jubiloso canto descriptivo, del cual ofrecemos sólo un fragmento inicial, parece sintetizar ese pasado irrecuperable.
Ronda:
Jugando redondo Intérprete: Margarita Molinari 1.24 MB, 22050 Hz 8 Bit Mono song4.zip 838 KB © |
Recordemos que en la música de antaño, el movimiento corporal de la danza unido a la pantomima y mímica alusivas daban vida e impulso expresivo a una música plena de significación en las actividades de grupo. Hoy día, sólo resta su relación íntima con el lenguaje indígena. Así, el canto se ha tornado solitario, meditabundo, nostálgico y melancólico, no exento de tristeza. Salvo excepciones, el intérprete al cantar muestra rasgos físicos inexpresivos: inmovilidad facial y corporal, que pueden indicar tanto carencia de energía como introversión y timidez. Es la interpretación del actual sobreviviente de la agónica cultura alacalufe.
volver | © SISIB - Universidad de Chile y Óscar Aguilera Faúndez |