Referencias
bibliográficas
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Notas
(1)
Según Junius Bird (1946:56), "parece seguro suponer que
los alacalufes precedieron a los yaganes" en el sur de
Tierra del Fuego y, por lo tanto, podrían ser los habitantes
más antiguos de esta región de América.
(2)
Véase al respecto Bird (1946:71-79), Steward y Faron (1959:400-405),
Emperaire (1963:193-254), quienes se destacan entre otros autores por
ofrecer una información sistemática y abundante.
(3)
Loc. cit.
(4)
Estos cuatro tipos son comunes a las religiones de diversas culturas
de recolectores y cazadores nómades de América del Sur.
(5)
Tomás Guevara (1927, 11:396) coincide con Cooper en la primera
de las dos cifras estimativas.
(6)
Véase la Introducción del presente trabajo.
(7)
Véase la Introducción del presente
trabajo.
(8)
Estas canciones imitativas pueden haber tenido un significado ceremonial
o totémico en el pasado. Según Hornbostel (1948: 82),
"la supuesta transición de las costumbres ceremoniales a las
profanas puede ser estudiada en las danzas y canciones de animales,
la mayoría de las cuales se interpretan sólo en relación
con iniciaciones de jóvenes, mientras que otras sirven de entretención
general".
(9)
Véase aquí en el presente
artículo donde se describe eí origen y la cantidad de
canciones de estos cuatro repertorios. Las denominaciones empleadas
derivan de la división que los propios alacalufes hacen
de la música: "canto antiguo" es el canto de los antepasados,
no importa cual sea su origen en el tiempo; "canto nuevo" es todo préstamo
cultural representado en las escasas canciones en español aprendidas
por algunos jóvenes alacalufes.
(10) El Cuadro No. 1 ordena los repertorios de 1923-24,
1946-48 Y 1959. Por su parte, el Cuadro No.2 clasifica el abundante
repertorio de 1971, base sustancial del presente artículo.
(11)
Las transcripciones de Hornbostel (op. cit.) y Emperaire (op.
cit.) sólo contienen antiguas canciones de este grupo denotando
una rica variedad de las mismas. Ellas forman un total de quince canciones
diferentes.
(12)
Uno de dichos testimonios fue proporcionado por el lobero Ernesto Hernández
Subiabre, antiguo residente de Puerto Edén y buen conocedor de
la cultura alacalute, quien fue categórico al afirmar la desaparición
total de los rituales indígenas.
(13)
La calidad secreta y hermética es propia tanto de estos ritos
como, en general, de las creencias y prácticas religiosas de
los fueguinos (Gusinde, 1951:319-321). Debido a dicho rasgo, estos aspectos
han constituído un campo casi inaccesible para el investigador.
La carencia de manifestaciones externas visibles -tales como la oración
y sacrificios en honor a la divinidad- agudizan esta dificultad. Por
esta razón, podría argumentarse que los alacalufes podrían
poseer, aún hoy día, un ceremonialismo esotérico
o secreto cerrado al no alacalufe. Sin embargo, creemos que debido al
fuerte impacto de la cultura occidental y a la perseverante labor de
los misioneros salesianos dicha actividad no sólo ha desaparecido
en apariencia sino también en realidad.
(14)
Véase 1.1 y 1.2 del presente
trabajo.
(15)
Véase 1.1 y 1.5.
(l6)
Véase Ejs. 2 y l0.
(17)
No estamos informados si este juego corresponde a uno de la infancia
o de la adultez.
(18)
Véase Ejs. 11, la y 8
(19)
Sus textos pueden constar de un mínimo de una o dos palabras
reiteradas.
(20)
Cuatro de dichas canciones-tipo están contenidas en el repertorio
de 1959 grabado por Coon y Medina.
(21)
Dicha traducción fue elaborada por la propia intérprete
de la canción contando con la colaboración de la presente
investigadora. NOTA DEL EDITOR: El texto presentado como "traducción"
es un comentario de la intérprete respecto al canto y no corresponde
al texto en lengua kawésqar. La transcripción del texto
tampoco corresponde a la que aparece en el ejemplo musical, debe decir:
ce-es-ce léjes kuajáwa wa wa wa wa wa etc.
(22)
Las minuciosas observaciones de Hornbostel (1948: 76-80) sobre la forma y estructura de las canciones
fueguinas del repertorio antiguo apoyan esta conclusión parcial
de nuestro análisis sistemático.
(23)
Compárese estas transcripciones con aquellas de Hornbostel (1948:100-101),
que aparecen también ordenadas de acuerdo al número de
sonidos utilizados.
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