Los últimos descendientes

El grupo actual (1996) kawésqar de Puerto Edén está compuesto por doce personas, dos de las cuales son estudiantes y sólo se encuentran en el lugar en el período de vacaciones. El grupo ha tenido aquí su residencia más o menos permanente desde el establecimiento de la base de la Fuerza Aérea en la década del 40.

Otro de los sitios de permanencia temporal en aquel tiempo -como se dijo anteriormente- era el faro san Pedro, situado en la isla del mismo nombre y, en las últimas décadas, la isla Guarello (más bien las cercanía de la isla), donde se encuentran las instalaciones de la Compañía de Acero del Pacífico (CAP).

Estos puntos de asentamiento parcial se han debido a que se hallaban junto a instalaciones militares y civiles que proporcionaban alimento y vestuario al grupo.

La reducción de la población en Puerto Edén se ha debido a las pobres condiciones de subsistencia en la zona, habiéndose producido una migración hacia Punta Arenas y Puerto Natales, formándose un grupo de kawésqar urbanos, quienes comercian en artesanía, trabajan como integrantes de cuadrillas de pescadores-recolectores de mariscos o gozan de pensiones por parte del gobierno.

Las viviendas que fueron entregadas a los kawésqar después de haberse constituido la villa Edén, al otro lado de la bahía, frente a la antigua base de la FACH, fueron reemplazadas en años recientes por nuevas construcciones, donadas por una O.N.G. belga. Estas nuevas casas fueron instaladas en los mismos terrenos de las anteriores y son las que actualmente ocupan, a excepción de una casa perteneciente a la Municipalidad, habitada por Gabriela Paterito y Raúl Edén, quienes quedaron fuera del otorgamiento de las viviendas "belgas" por encontrarse en aquel entonces en Guarello, al igual que Francisco Arroyo.

Esta misma O.N.G. donó una lancha para la comunidad kawésqar de Puerto Edén, la que fue construida en la zona. El propósito de esta donación era que los kawésqar pudieran contar con una embarcación mayor, bien equipada, para trabajar en la extracción de mariscos y su comercialización. Sin embargo, no se tomó en cuenta la estructura social del grupo. Como siempre estuvo formado por familias individuales, sin un jefe reconocido, la utilización de la lancha y su equipamiento trajo conflictos en el seno de la comunidad. Se instauró, entonces, artificialmente un "jefe" del grupo, nombrándose a Carlos Renchi (C'akuol) (en la foto), por ser el más antiguo. La calidad de "jefe" fue asumida livianamente por el grupo y nunca reconocieron su liderazgo. Por otro lado, la lancha comenzó a ser utilizada indiscriminadamente por pobladores no kawésqar para servicios a la población de Puerto Edén (corte y acarreo de leña, por ejemplo), sin mantenimiento, con lo cual, en poco tiempo la embarcación quedó inutilizada.

Durante el gobierno de Patricio Aylwin se constituyó la Comisión Especial para los Pueblos Indígenas (CEPI), destinada a estudiar, planificar e implementar planes de desarrollo y preservación de las culturas indígenas de Chile.

Desde esa época comenzaron a desarrollarse diferentes proyectos para las comunidades indígenas, de los cuales no quedaron exentos los kawésqar. Estos proyectos, no todos de la institución mencionada y su sucesora (v. Infra), han tenido diversos impactos sobre el grupo, algunos han sido verdaderamente desafortunados, como el que mencionamos anteriormente y que afectó la producción artesanal.

En 1993, la CEPI, que más tarde se transformaría en CONADI (Comisión Nacional de Desarrollo Indígena), encargó al abogado José Aylwin Oyarzún un estudio sobre los indígenas del extremo sur de Chile, quien elaboró el documento titulado " Comunidades Indígenas de los canales Australes: Antecedentes Históricos, Situación Actual y Demandas Fundamentales".

Este documento ha sido punto de partida de un polémico traslado de la población kawésqar de Puerto Edén al antiguo asentamiento junto a la Capitanía de Puerto (ex base de la FACH), sitio denominado Jetárkte (Yetarkte en los documentos oficiales, con la grafía española).

La idea del traslado se origina en dos instancias: (a) la reivindicación de antiguos territorios indígenas, (b) protección del grupo ante maltrato, discriminación, etc., de la población no-autóctona y, solución (ilusoria) del problema del alcoholismo.

La idea de la reivindicación es ajena al modo de vida ancestral y a la mentalidad kawésqar, quienes han tenido como característica fundamental el nomadismo, por lo cual difícilmente existe una noción de posesión de territorios. Por ello resultaba de escaso sentido la demanda y petición de reivindicación de los territorios de nomadismo, puesto que, según nos expresaron en una oportunidad (casi textualmente) "¿De qué nos serviría, por ejemplo, ser dueños del Canal Grappler?"  Sin embargo, como se verá más adelante, la compra de terrenos por parte de CONADI, tras las dificultades de un primer período, ha resultado beneficiosa a largo plazo.

La noción de la posesión territorial aparecía como impuesta desde el exterior, al igual que la de organización tipo tribal. El grupo kawésqar desde tiempos remotos ha tenido como organización social básica a la familia. Como dijimos más arriba, no se reconocen clanes ni jefes, sino familias que se caracterizan como relativamente extensas y de tipo paternal en términos no absolutos.

Dado que la CEPI necesitaba representantes de los pueblos indígenas, se hizo una intervención en el grupo, que tuvo como resultado la designación de Carlos Renchi como dirigente o representante de la comunidad de Puerto Edén. Aylwin apunta lo siguiente (pp. 54-55): "El conocimiento que han tenido algunos dirigentes de la comunidad de la experiencias de organización, rescate cultural y desarrollo de otros pueblos indígenas del país a través de su participación en encuentros indígenas nacionales, así como de la valorización que existe en el resto de la sociedad sobre su historia y cultura, son también hechos que han influido en el cambio de actitud de muchos kawéskar con respecto a su comunidad, contribuyendo también al proceso de autoidentificación (...) Ello se ha traducido durante los últimos años en un proceso de organización de la comunidad kawéskar en los lugares en que ésta actualmente reside. Es así como durante los últimos años se han constituido dos organizaciones que los agrupan en defensa de sus intereses: el "Consejo Kawashkar", entidad de hecho creada a fines de la década de los ochenta que agrupa a los kawéskar de Puerto Edén, que es dirigida por Carlos Renchi, y la "Comunidad Kawashkar", organización comunitaria funcional (ley N§ 18.893) creada en febrero de 1993 que agrupa a 26 personas mayores de edad integrantes de la comunidad kawéskar de Punta Arenas, cuya dirección fuera entregada a Carlos Messier".

Más adelante, Aylwin alude a la demanda de tierras: "Otros hechos demostrativos del proceso de rescate cultural que hoy está viviendo la comunidad kawéskar son la demanda que durante los últimos años ha planteado la comunidad de Edén para recuperar los terrenos de Yetarkte donde vivieran hasta fines de los sesenta".

Esta demanda de tierras parece originarse en la aplicación del artículo 12 No. 2 de la Ley Indígena para todos los pueblos indígenas de Chile. Se habría adoptado un criterio de no exclusión en esta ley, aunque los factores culturales son diferentes. El pueblo kawésqar jamás tuvo conflictos territoriales, a diferencia de otros grupos étnicos de Chile.

A grandes rasgos, las razones del traslado serían (1) problemas con el resto de la población de Puerto Edén; (2) medio de contrarrestar el alcoholismo.

Problemas con los pobladores no kawésqar de Puerto Edén siempre han existido a nivel individual, como en toda comunidad, nunca llegando a conflictos extremadamente serios. En entrevista sostenida por mí con el poblador Hugo Zúñiga, quien reside en los terrenos adquiridos por CONADI, me manifestó que el traslado contribuiría a crear conflicto con quienes se han establecido en ese punto de la bahía, incluyéndose él mismo y agregaba: "¿Por qué, si hemos vivido tranquilamente con ellos, ahora nos quieren echar? ¿Para qué quieren todo ese lado de la bahía?"

Por otro lado, los problemas de alcoholismo no se resolverían con el traslado, pues cualquiera puede obtener bebidas alcohólicas, viva donde viva dentro de la bahía.

El verano de 1995 mientras realizaba mi trabajo de campo, llegó un equipo consultor de CONADI, el cual tenía como misión averiguar las demandas del grupo kawésqar de Puerto Edén.

Uno de los puntos tratados por el consultor en una reunión con los kawésqar a la cual asistí acompañado de José Segundo Tonko Paterito, de la Universidad de Ciencias y Artes Sociales, quien se encontraba conmigo en Pto. Edén, fue el traslado. Debido a que no había concenso y muchas cosas no eran comprendidas por algunos miembros (si no la totalidad) del grupo, propusimos una reunión en la cual se hablaría en lengua kawésqar. Esta reunión lamentablemente se llevó a cabo sin la presencia del consultor de CONADI.

Los kawésqar manifestaron que se trasladarían con algunas condiciones. Verónica Achacaz señaló que no le gustaría irse, pero si todos los demás se iban, ella no querría quedarse sola. Julio Tonko (Chamalo) manifestó su rechazo, al igual que Ester Edén Wellington (Atáp). Gabriela Paterito (Paáksa) (en la foto) rechaza terminantemente el traslado, aunque de producirse éste, pone algunas codiciones.

Texto en kawésqar de Gabriela Paterito (con sonido)

Sin embargo, la realidad es que las proposiciones de una autoridad (en este caso CONADI y cualquier representante), son concebidas por los kawésqar como órdenes que deben acatarse. Carlos Renchi decía: "Ellos son los jefes y tenemos que obedecer. Ellos tienen el poder."

Debido a que el representante de CONADI tenía que llevar una respuesta de las demandas de la comunidad, el grupo kawésqar de Puerto Edén elaboró un documento, que contó con nuestra asesoría, donde se establecen ciertas condiciones al traslado, como por ejemplo, conservación de los actuales terrenos ocupados, instalación de electricidad, etc., es decir, si se efectúa el traslado, éste no debería dejar a los kawésqar en condiciones inferiores a las que actualmente tienen.

Da la impresión de que los kawésqar temen represalias de la autoridad en términos de cese de ayuda de cualquier naturaleza (económica, etc.), si se rechaza alguna proposición..

En 1996, en mis entrevistas con los kawésqar, éstos expresaron su rechazo al traslado, aduciendo las siguientes razones:
1. Aislamiento
2. Deterioro de viviendas y enceres (ante posible traslado de actuales casas)
3. Falta de energía eléctrica
4. Pérdida del muelle
5. Terreno poco apropiado

En la actualidad, 1999, el traslado no se presenta como un problema principal de la comunidad kawésqar de Puerto Edén. Los terrenos adquiridos son valorizados por ellos para diferentes usos, aparte de residencia. Los nuevos proyectos impulsados  y ejecutados por CONADI regional o en vías de ejecución, muestran una acertada visión del grupo étnico.

Ester Edén (Atáp)
Verónica Achacaz, junto a su marido, Pedro Vargas (no kawésqar), y sus hijas Claudia (izq.) y Susana (der.)
Julio Tonko (Chamalo)


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